Autor: Armando Rosselot
Categoria: Aviación
La noticia llegó rápida
desde Quillota. El niño no se encontraba bien y él se había
adelantado con aquella noticia, ya que según le habían contado, lo
traía el mismo director de la escuela a su casa.
La tarde se hizo eterna
para la madre y el padre del niño infortunado, hasta que sintieron
el motor del automóvil y las voces de las personas al salir del
vehículo. Él mismo fue a abrir la puerta.
—¿Por qué no lo
llevaron al hospital?— Preguntó el padre.
— Ya lo vio un doctor.
Nos dijo que el niño está sano, además no tiene fiebre, que parece
que es puro nervio.
— ¿Dónde está? Quiero
verlo.
El niño sollozaba en la
parte trasera del automóvil y se negaba a levantar la cabeza. Él lo
tomó en sus brazos y lo llevó a su habitación.
***
Valparaíso, Agosto 31 de
1925
Hace dos días trajeron
al niño y no deja de decir incoherencias. No tiene ningún síntoma
físico que haga sospechar de alguna calamidad o dolencia. La madre
le ha dado a beber varias yerbas recomendadas por el boticario, Don
Anselmo. Su padre tuvo que viajar y aún se encuentra fuera de la
ciudad; se espera que regrese pasado mañana por la tarde de Temuco.
Por medio de esta misiva
quiero darle mi testimonio a tan extraño sufrimiento que se ha ido
manifestando de diferentes maneras en el niño.
En primer lugar no deja
de pedir perdón por los muertos y dice que luego de él habrá más
y más por la semilla de la división. Llama a personas a las cuales
ni su madre ni yo conocemos; tampoco son los niños del lugar. Lo que
más me desconcierta es su irracional temor a salir de Chile, dice
que no desea viajar a Mendoza y que nunca podría ir a Europa porque
lo van a matar.
Debido a todo esto le
pido humildemente que venga a ver al pobre niño lo más pronto
posible, antes que otro médico lo examine y opte por internar a un
niño en la casa de orates.
Esta misiva la hago
llegar a través de una vecina de la familia, en vista a la
dificultad para ir en su busca por mi persona, ya que estoy dedicado
al cuidado de esta pobre gente.
Atentamente;
Padre Roberto Lama
***
El extraño hombre cruzó
la entrada y saludo escuetamente a los presentes. Entró en la pieza
del niño y cerró la puerta.
El sacerdote pidió a
todos salir de la casa, ya que podrían oír cosas no muy buenas.
Al cabo de dos horas la
puerta de la habitación se abrió y de ella sale el misterioso
hombre con el niño en sus brazos.
— Padre Lama — dijo —
por favor traiga la maleta que está sobre la silla, en ella se
encuentran las ropas del niño.
— Pero Señor — contestó la madre del niño — su padre llegará hoy por la tarde,
¿qué le voy a decir?
— Dígale que es para
salvar la vida del niño, sobre la cama deje una nota por si desea
hablar conmigo.
El hombre subió al niño
a la parte trasera del automóvil mientras el sacerdote lo hacía
partir. Rápidamente se despidió y se fue.
Por la puerta de entrada
la madre, doña Avelina, salía con un papel es su mano derecha. En
su rostro mostraba incredulidad.
No entiendo, — dijo — no lo puedo entender. Santa María, ¿qué es lo que sucede?
***
Valparaíso, 01 de
Septiembre de 1925
El niño está sano. Lo
que ha sucedido con él es que por motivos divinos e inexplicables
para la ciencia moderna, ha sido capaz de ver el futuro, su futuro, y
el de toda una nación.
Al llevarlo conmigo
supongo un quiebre en el destino visto por tan desdichada criatura y
abogo por una solución benevolente para su atormentada alma y
familia.
El niño será devuelto a
ustedes, los padres, en diez años más, así evitando cualquier
regreso a aquel camino del cual deseo mantenerlo alejado a él y a
todos los demás.
Espero poder hablar
personalmente con mayor tranquilidad con ustedes, don Augusto y dona
Avelina, para que sepan que él estará bien y que me preocuparé
personalmente de la educación de su hijo Augusto, con lo cual se
entiende que podrán ir a visitarlo al internado cuando lo estimen
necesario.
Se despide humildemente
de ustedes:
Tte. Alejandro Bello
Silva
Director Escuela Nuevos
Horizontes
Es la mejor ucronía que he leído en mi vida en este blog, esta bien hecho y atrapa de inmediato al lector. Sin embargo, debo preguntar, el padre del niño ¿Se llamaba Augusto o Anselmo?. Bueno eso saludos ^^
ResponderEliminarNo me gustó, y puede ser porque no comprendo del todo quienes son los personajes o porque hay que pensar mucho para poder hacer cuadrar todo el relato.
ResponderEliminarO sea, entiendo la trama, pero siento que le falta más profundidad.