Autor: Diego Escobedo
Categoría: Mitos Urbanos
No obstante, los expertos afirman que
esto habría sido sólo un mito, a pesar de que se ha comprobado que
la descomposición del aguardiente provoca
hongos que inducen a propiedades alucinógenas, induciendo al
organismo a liberar suficientes hormonas para incrementar la
agresividad y la fuerza. De hecho los Berserkers nórdicos entraban
en trance de la misma forma.
Hoy incluso está
confirmado el mito chileno de la Guerra del Pacifico que cuenta que
la toma del Morro de Arica en solo 55 minutos fue debido al uso de
esta bebida, incluso
se habla que el “suicidio” de Arturo Prat en el combate naval de
Iquique fue posible gracias a que Prat se encontraba bajo los efectos
de esta bebida, como afirma el investigador Lamberto
Ulloa. pero aún así los intelectuales más respetados
insisten en que este brebaje se usó muy poco durante el conflicto.
La testarudez de la historiografía
oficial, e incluso de las autoridades de gobierno de reconocer un
hecho tan anecdótico de la guerra sigue llamando la atención de
varias personas interesadas en historia, dando paso a teorías de
conspiración.
Al parecer, esta bebida al tener las
propiedades descritas sería la verdadera causa de que Chile haya
ganado la guerra del pacífico, constituyendo esta fórmula de súper
poderes en una auténtica arma secreta.
Pero la historia es un poco más
hilarante que eso, pues la explicación a por qué los historiadores
prefieren mantener en secreto este poderoso brebaje no sería por ser
un arma de guerra, sino por sus efectos secundarios revelados en el
experimento que hicieron en el programa norteamericano “MythBusters”
en su última temporada en la que
realizaron una gira por Latinoamérica.
También existe un documento que habla
de los orígenes de este trago circulando entre los historiadores
chilenos, en torno a los cuales existe una verdadera conspiración
del silencio para no sacarlo a la luz. Incluso el gobierno colabora
en darles respaldo y destruir otros documentos que delaten la
existencia de la verdadera historia.
Dichos pergaminos corresponderían a
los cuadernos de bitácoras del profesor Joseph Cavor en su paso por
Chile.
Al parecer, mientras el científico
británico estuvo en nuestro país tuvo contacto con ciertos brujos y
chamanes que le dieron la idea para una solución química que le
proveyera del combustible que necesitaba para sus investigaciones
aeronáuticas.
No obstante, ninguna de las soluciones
que probó tuvo el efecto esperado, por lo que el británico abandonó
su investigación poco antes de partir de Chile, dejando olvidadas
sus bitácoras que terminaron en las manos de su aprendiz y asistente
Francisco Tadeus Ortega.
Este estudiante de alquimia habría
utilizado la última solución que probó Cavor para un fin distinto.
En lugar de tratar hacer volar sus maquinas lo probó como droga
potenciadora en los soldados chilenos. La solución final estaría
compuesta de aguardiente y pólvora, más un mineral desconocido que,
se supone, encontró Ortega en la provincia de Arauco. Pero hasta el
día de hoy no ha podido ser identificado, a pesar de que Ortega
respaldó en el mismo cuaderno sus observaciones de su nueva
investigación.
El experimento fue respaldado por las
autoridades chilenas de la época, siendo un éxito rotundo como
quedo demostrado en la toma del Morro de Arica. De hecho el mismo
ministro de guerra de entonces, Rafael Sotomayor, habría probado el
brebaje. Durante una semana experimentó sus extraordinarios efectos
gozando de una vitalidad y fuerza sobre humana, además de no
necesitar beber agua, defecar, ni dormir en pleno desierto. No
obstante, un hecho que vino a disminuir los ánimos por la victoria
en Arica fue su repentina muerte, que quedó sin aclarar en ese
entonces, pues se dice que cuando lo encontraron en su carpa, su
cadáver despedía una terrible peste y ni el doctor con mejor
estómago quiso hacerle una autopsia, la que quedó postergada para
después de la guerra.
Así, las tropas chilenas habrían
avanzado imparables hasta llegar a Lima, iniciando la ocupación.
Durante ese período los desmanes,
destrozos, saqueos y violaciones que se dieron habrían sido más
constantes (se dice que día y noche sin parar) y excesivos de lo que
nos contarían los libros de historia, pues los soldados continuaron
bebiendo el adictivo súper brebaje.
Todo lo anterior se habría producido
en una semana y no en dos años como se dice oficialmente. Al
parecer, al octavo día de haberse instalado en la ciudad se inició
una auténtica pesadilla para los chilenos.
Durante dicha tarde, las energías en
todo el ejército habrían cesado, los rostros de los hombres se
tornaron pálidos y decaídos, y un crujido general se escuchaba en
toda Lima. Dicho ruido provenía de las entrañas de los uniformados.
Durante el resto de la tarde y noche
habrían sucumbido a una diarrea colectiva de tal magnitud que, según
dice el mito entre el cerrado círculo de
historiadores que maneja este secreto, vertió tal cantidad de
excremento en las calles de la Ciudad de los Reyes que la dejó
pestilente por varios meses.
Luego de eso, miles de soldados
regresaron en masa a Chile, sin contarle a nadie su incomoda
experiencia. Al parecer sería este hecho la verdadera razón de
porqué no continuó su expansión y colonización territorial en
dichos lugares por las tropas.
Según se cree, la evacuación
intestinal se debió a que luego de una semana comiendo comida
peruana, que como se sabe es rica en ají y otros condimentos
picantes, habría actuado como detonador de la pólvora almacenada en
los intestinos de los soldados, provocando la colitis.
Otro mito dice que mientras defecaban
desesperadamente, aquellos que fueron más viciosos con la bebida
literalmente explotaban, y sus trozos de carne quedaban mezclados en
un montículo de caca y tiras de uniforme.
Algunos creen que esto mismo fue lo que
le pasó a Adam Savage, protagonista de “MythBusters”,
quien murió, según sus amigos, en un accidente de moto en Lima,
ciudad a la que se habían trasladado luego de su paso por Chile en
el marco de su especial “Mitos Latinos”.