martes, 5 de julio de 2011

Reseña Histórica de Isla Mocha

Autor: Ognardo Dessler
Categoría: Reseña

Isla Mocha fue descubierta por Juan Bautista Pastene, marino genovés al servicio de Pedro de Valdivia, en 1544. Contrario a lo que ocurrió con el resto del sur chileno, esta isla nunca fue ocupada por los colonizadores españoles y su población indígena no fue diezmada. Se convirtió así en un punto recurrente de aprovisionamiento para los navíos de diversas banderas, tras el tormentoso cruce del Estrecho de Magallanes o del Cabo de Hornos. En 1579 y 1587, los piratas ingleses Francis Drake y Thomas Cavendish, respectivamente, recalaron aquí. Ambos tuvieron una no muy feliz acogida por parte de los mochanos, e incluso Drake se ganó una cicatriz en el rostro producto de una flecha isleña. Por su parte, en 1594, Richard Hawkins –otro pirata inglés- tuvo una para nada problemática experiencia.



Sin embargo, cinco años después, la infortunada expedición holandesa de Jacques Mahu y Simon de Cordes, al desembarcar en esta isla sufrió la pérdida de 28 tripulantes, incluido el propio De Cordes. Sorprendentemente, sólo un par de meses después, en 1600, Oliver van Noort tuvo una grata y productiva estadía. Esto se repitió en 1615 con la expedición, también holandesa, de Joris van Speilbergen. Es importante recordar que de 1598 a 1604 sucede el gran levantamiento indígena, que destruyó las siete ciudades españolas fundadas al sur del río Bio-Bio y que puso fin a la empresa conquistadora en Chile.

Es así como en 1643 la expedición de Hendrick Brouwer y Elias Herckmans, tras destruir Castro y ocupar las ruinas de Valdivia, logra instalarse en Isla Mocha. De esta forma Holanda obtenía por fin una segura y conveniente "cabeza de playa" en el extremo sur del Imperio Español en América. Sin embargo, entablar un acuerdo con los indígenas continentales fue imposible y la presencia holandesa quedó reducida sólo a Isla Mocha. Esta situación se fue reforzada luego, por la re-fundación española de Valdivia en 1645, misión que tenía como objetivo expulsar también a los holandeses de la isla. Si bien lo primero fue un éxito, lo segundo fue un fracaso,debido en gran parte a la estrecha cooperación que se gestó entre mochanos y holandeses. Esta cooperación se vio oficializada con la firma del Tratado de Wÿnterp, y fue simbólicamente sellada con la entrega, por parte del cacique Quechumilla, del cráneo de De Cordes.

En 1648, a través de la Paz de Münster, y como parte de los tratados que pusieron fin a la Guerra de Treinta Años, España reconoció la independencia de Holanda. Entre las cláusulas de dicha paz se concedía la soberanía de Isla Mocha a Holanda, a cambio de que los holandeses no se aliaran ni cooperasen con los indígenas continentales. Esta decisión fue muy criticada, pero tenía como referente el fallido intento de alianza de 1643, como también la firma de las Paces de Quilín en 1641 entre el Gobernador de Chile y los indígenas del sur del río Bio-Bio.

En 1654, la pérdida del control sobre Brasil -que es recuperado por Portugal- pone una lápida al proyecto colonial sudamericano holandés. Desde este momento entonces, Holanda retiene en Sudamérica sólo Isla Mocha y Surinam. Isla Mocha, tenía un importante valor geopolítico pues, además de permitir controlar el tráfico hispano rumbo al Callao, se tornó un lugar de aprovisionamiento en la ruta -tras la travesía del Cabo de Hornos- entre la metrópolis y Batavia.

En dichos años ocurre el desarrollo de una economía agro-ganadera que solventa las necesidades de los mochanos, los funcionarios holandeses y las expediciones que recalan allí. En 1682, el gobernador Van Weidrk, autoriza las uniones –ya de facto- entre holandeses y mochanos; los descendientes de estas familias serían conocidos como mokaneers. Uno de ellos, miembro de la expedición de Roggeveen fue quien, en 1722, primero avistó Paaseiland. Para 1750 la población de Isla Mocha se estima en unas 1000 personas, 45% mokaneers, 35% mochanos indígenas, 15% holandeses, 5% otros (negros y asiáticos). El fructífero ciclo holandés, sin embargo, llegaría a su fin en 1803 cuando, ante el temor de que los franceses de Napoleón se hiciesen de la isla, los británicos deciden ocuparla.

En 1818, al finalizar las Guerras Napoleónicas, Holanda y el Reino Unido acuerdan la devolución de todas las colonias holandesas, con excepción de la Colonia del Cabo, Guyana e Isla Mocha. Así esta isla, pasa a ser una pieza más del entramado geopolítico naval británico. Para honrar la memoria de Drake, los británicos re-bautizan Brouwer Haven -el puerto de la isla- como Sir Francis Drake Port. Esta medida, como otras tomadas por los británicos, no fueron muy populares entre los mokaneers, quienes junto con unos 250 indígenas migran al continente y fundan “Nieuwe Brouwer Haven” (Nuevo Puerto Brouwer), en la desembocadura del río Imperial.

Como parte de la guerra de independencia chilena, y tras la fallida toma de Valdivia, Cochrane (marino inglés contratado por Chile) logra negociar asilo político para él y su tripulación en Isla Mocha. Esto ocasionaría un problemático impasse entre España y el Reino Unido, el que se resolvería, en parte, tras la independencia de Chile en 1831, como también con el acuerdo de entrega de la isla a España al cabo de 150 años, contados desde el inicio de la ocupación británica en 1803. Desde mediados del siglo XIX, Isla Mocha se ha convertido en un polo económico menor del Pacífico Sur, debido a sus famosas plantas balleneras y a su rol de punto medio en la ruta, a través del Estrecho de Magallanes, entre Buenos Aires y El Callao.
Es difícil augurar hoy cual será el futuro de Isla Mocha restando tan sólo 8 años para su transferencia a España. El presidente de Chile –descendiente de mokaneers- ha anunciado el inicio de una ofensiva diplomática con el objetivo de hacer valer los derechos de los chilenos sobre esta isla. Esto último en virtud del Tratado de Wÿnterp, firmado entre sus ancestros –mochanos y holandeses- hace justamente 300 años.

4 comentarios:

  1. Je, muy bueno, no conocia la historia de la isla Mocha y por un buen rato pense que era la historia real, gran trabajo.

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  2. CONCUERDO CON FANDEMAMPAATO YA NO SE QUE ES VERDAD Y QUE ES FICCIÓN ? ME CONFUNDEN D: EN FIN GRAN APORTE SALUDOS

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  3. Me agradó. Podría usar cierto recurso que recuerdo de Borges: Citar fuentes inexistentes. Por ejemplo, cuando entregadas los porcentajes.

    Por cierto, ¿Cómo se explica la diferencia de las recibidas a los navegantes europeos? En verdad, cae en el olvido cuando uno entra en el relato, pero de todas formas me quedó dando vueltas.

    En fin, reitero, me gusto.

    Saludos, ucronistas

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  4. El ensayo es uno de los géneros literarios que más gozo, en lo personal, por mi carrera es lo que más leo, incluso más que poesía y ciencia ficción, y debo admitir que el estilo "borgeano" y su imaginación me cautivaron.

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