viernes, 5 de agosto de 2011

Saga de Lepras, tomo III y final

Autora: Carolina Yancovic
Categoría: Traducción
La obra está protegida por derechos de autor, los fragmentos han sido autorizados por la misma autora. Si desea un ejemplar impreso de dicha novela visite el siguiente link.


Tercer tomo y último de la traducción de Lepras al diario de vida de Alfonso Méndez:

Ya no es suficiente con el hecho de que haya mandado a matar a esos mugrosos.
El pasado 18 de Enero, dieron muerte a dos de mis peones, creándome problemas ya que la gente no quiere trabajar aquí. Él capataz me informó que los
peones no quieren salir a revisar el alambrado por miedo a encontrarse con
indios, estoy perdiendo dinero cada día ya que tengo que pagarles y ellos no
quieren trabajar por miedo.


13 de Junio de 1899
________________________________________________________________________________________


El padre Martínez ahora también se dedica a defenderlos, a apoyarlos, a dar su vida por ellos.


Hoy se publicaron declaraciones que hice al diario de Buenos Aires en la que exprese claramente: “La misión Candelaria es un refugio y nido de ladrones. Los indios incursionan continuamente desde los espesos y vastísimos matorrales y bosques que se extienden desde el Río Grande hacia el sur; atraviesan campos y roban puntas de ovejas, pues si son sorprendidos dicen que van a la misión o que vuelven de allí”.


Además, es muy restringida (lo he dicho muchas veces) la condición en que se aceptan los indios con carácter de permanencia en la misión. Nos cobran una libra esterlina por cada indio y treinta centavos diarios por tres años pagados por adelantado. Así, dije después, que no es muy común que nos resolvamos a recargar nuestro presupuesto con estos singulares pensionistas, que a fin de cuentas no es difícil que una vez entregados a la Misión, vuelvan al monte y nos roben los animales.


Pero Martínez no se quedo tranquilo con lo que se ha publicado en el diario, ya que hubo respuesta de su parte. El muy insensato recuerda que no debo olvidarme de los beneficios que he obtenido gracias a los salesianos al usar el puerto que ellos construyeron en Río Grande además del alojamiento brindado a muchos de mis peones.


Después me recuerda que la libra esterlina que debo pagar es parte de una maniobra que utilizo para ocultar el hecho de la desaparición de los indios. Me llama un mentiroso al decir que su misión no es una cueva de ladrones, ya que sus protegidos no se alejan de ella porque están en conocimiento de que, el que lo hace no volverá para contárselo a nadie.


Martínez pone en duda cada cosa que he dicho al periódico, me llama mentiroso y asesino. ¿Debería aguantar más tiempo sus insolencias o quizás debería tomar medidas para tranquilizar su temperamento? Quizás puedo hacerlo desaparecer junto a sus protegidos.
________________________________________________________________________________________

Capítulo XXIII

“Los planes han funcionado a la perfección, este será el último día que dejaré testimonio en este diario con el fin de que Rainer tenga datos suficientes de mi vida para cuando me regrese como un ser superior. La carnada ya está lista.
Mi obra está casi terminada y creo que cuando vuelva a la vida no habrá nada que me detenga, ni indios, ni salesianos. Sólo, con el poder y dinero, gobernaré todo. De eso estoy seguro.




Alfonso Méndez.

3 comentarios:

  1. Muy bueno el final, pero creo que no se entenderá mucho ya que las partes (según el tiempo que publicaron) esta muy separadas una de la otra para que se pueda entender algo, pero bueno es mi opinión.... en fin buen texto espero que todo este bien saludos xD

    ResponderEliminar
  2. Y este es el fin del experimento de Carolina Yancovic tijereteado por mí, explorar una nueva dimensión a una obra literaria ya publicada, de párrafos a cartas.

    Para una versión definitiva haré a partir de la nada, la misma carta de Lepras a la vida real.

    Muy agradecido de nuestra patagona colaboradora, y se vienen más sorpresas.

    ResponderEliminar

Siéntase libre de opinar, sugerir y criticar. Sólo pedimos no usar groserías y evitar faltas ortográficas.