Categoría: Crítica de cine
El
Kaiju Eiga — entiéndase, películas de monstruos gigantes — tiene
una larga tradición en el país, aunque sus inicios se pierden a
través de los años. La primera incursión dentro del género, nació
de la mano del ya mítico director penquista Osvaldo Torres, quien a
principios de los 60 había quedado maravillado después de ver
Godzilla, de 1954 y dirigida por Ishiro Honda, junto a su novia en un
cine de la ciudad. Con una cámara perteneciente a su tío y un par
de figuras hechas por él mismo con papel, plástico y restos de
juguetes, se decidió a filmar su propia versión de lo que había
presenciado en aquella pantalla perdida en el sur de Chile. “Godzilla
versus el monstruo del pacífico” se llamó aquel primer intento
dentro del 7° arte, y donde es posible apreciar a un dinosaurio de
juguete luchando contra una ballena que representa a Moby Dick — y
que fue hecho con una pelota de tenis, papel blanco y plumones — quienes en su encarnizada pelea destruyen lo que, según aparece en
el propio film, es la ciudad de Valparaíso construida con cajas de
fósforos y jarabe para la tos. Este primer video — que no dura más
de 15 minutos — le valió a Torres el hacerse conocido dentro de la
región, donde emprendió su primer gran proyecto junto a algunos
amigos, dando fruto a mediados de la misma década a la película
“Arturo Prat salva al mundo”, donde el héroe de Iquique,
utilizando una corbeta que se transforma en robot, pelea y da muerte
a la “Pincoya” y al “Kraken”, monstruos que, según cuenta la
historia ideada por el director, habían sido creados por un japonés
en el Perú, como ayuda a estos para ganar la Guerra del Pacífico,
por medio de energía atómica. Dichos films son ya casi imposibles
de conseguir, aun cuando circulan algunos torrents en la red y las
copias originales son guardadas por el hijo de Osvaldo Torres, el
también director Laureano Torres, quien incursionó en algún
momento en el género que iniciara su padre con la película
“Megalodonus Araucanus”.
Ahora bien, al hablar de Osvaldo Torres y de la tradición del Kaiju Eiga en Chile, no se puede obviar la película más famosa de este director y que dio origen en los 80 a toda una tradición, que cuenta actualmente con películas como “Miguel Serrano y el advenimiento de Meta-Hitler, el avatar final”, “El monstruo Selknam del espacio exterior” o “Tentenvilú versus Caicaivilú”. Nos referimos obviamente a “1973: Santiago en llamas”, donde los temas clásicos del Kaiju Eiga se mezclan con la distopía, dando origen a una película donde los militares chilenos, por medio de tecnología alienígena, se disponen a destruir el palacio de La Moneda con una creación llamada “Hawker Hunter”, un monstruo gigante mitad humano, mitad reptil. El monstruo acompañado de naves extraterrestres y dirigidos por un personaje llamado Daniel López — una caricatura de un dictador, que aparece con lentes oscuros durante todo la película y tiene un extraño tono de voz- bombardean La Moneda y se disponen a tomarla, cuando desde los escombros surge un robot que iguala en tamaño a la criatura de los militares, resultado de un proyecto secreto llamado “Cybersyn” y que es manejado por el Presidente de la República. El final es ya bastante conocido y basta decir que dado su carácter de piedra fundacional, representa un clásico dentro del cine nacional.
Dichas
películas forman la triada inicial del Kaiju Eiga en el país,
además de mostrarnos a un director, que si bien puede parecer naif y
poco profundo mirado desde la actualidad, representan una revisión
obligada para aquellos fanáticos que disfrutan del género, además
de ser un excelente punto de referencia desde donde mirar el
fructífero cine de ciencia ficción chileno.
Excelente relato, me gusto..... me hubiera gustado ver esa películas... Ya que soy fanático de Godzilla y que me llevo a crear este cuento:
ResponderEliminarhttp://blackhole.bligoo.com/content/view/740835/Mocha-dick-Monstruo.html