viernes, 30 de septiembre de 2011

Tu vida en mis manos

Autora: Camila Riquelme
Categoría: Remix

Disparé. No me tembló la conciencia, sólo un poco la mano, nada descontrolado, una bala, nada más. A mi favor debo decir que Eulogio lo sabía y me dijo: María Luisa, no lo hagas (frase que delata su conocimiento de causa). En verdad, da lo mismo cómo lo conocí o qué hicimos juntos, si nos amamos o no. Pasión hubo y es lo que importa, las decisiones fueron tomadas con las entrañas, para su mala suerte.


Escribí tantas veces sobre la muerte que la mía se hace poco digerible. Mis protagonistas luchaban contra esa soledad despiadada de morir en vida y yo, mientras estoy en una cama de hospital, soy perseguida por todas ellas. Quizás se estén vengando del destino que les escribí, estén gritándome que su vida es la mía, tantas veces reflejada en ellas. Como si plasmando el miedo, éste se fuera lejos y no me pudiera alcanzar.

“Me asalta la visión de mi cuerpo desnudo y extendido sobre una mesa en la Morgue. Carnes mustias y pegadas a un estrecho esqueleto, un vientre sumido entre las caderas...El suicidio de una mujer casi vieja, ¡qué cosa repugnante e inútil!” La cárcel no es tan mala si la comparamos con el despecho contenido. Eulogio, en esa habitación de hotel, por primera vez fuiste mío, la bala te marcó de mi propiedad. Sólo yo tengo tu vida en mis manos y es mía por siempre, qué importa la cárcel ahora. Posiblemente ser alegue demencia temporal, pero nunca estuve más lúcida que cuando disparé.

Esta habitación, tan añeja como yo, está mejor cuidada que mis vísceras. Recuerdo cuando esas palabras salieron de mi pluma. Quién iba a decir que estando olvidada y enferma resonarían con eco en mi cabeza. Para qué suicidarse ahora que la muerte me está persiguiendo, quizás para hacer que el destino sea mío, pero nunca he sido tan pretenciosa. Dónde están los premios y las personas. Se diluyeron con la última copa, aunque no estoy segura, puede que haya sido mucho antes, incluso con el primer whisky.

Escribir ¿para qué? Para educar, para moralizar, para entretener... para no morir, para no olvidar. ¿Qué fin tuvo todo esto?, la soledad sólo se quiebra cuando mis mujeres se sientan a mi lado. La amortajada sigue esperando la sepultura y la niebla se hace cada vez más espesa. María Griselda también toma su lugar alrededor de esta cama de hospital, todas asisten al espectáculo de mi muerte.

Eulogio me está esperando, con un revólver seguramente, para vengarse de haberlo sometido al olvido. El Crillón pasará a la historia, me deberían haber recompensado.

Sin vida en una cama de hospital, donde habrá muchos seres más agonizando. Es hora de que mis mujeres y yo nos vayamos. Confío que ese árbol que crece inmutable va a ser visto por otra y ella se identificará con sus ramas y sus colores. El resto es olvido.

4 comentarios:

  1. excelente me gusto eso de suicidio como una forma de nosotros controlar nuestro destino final, la muerte... nunca lo había visto de esa forma. Sin embargo, no logre encontré pies y cabeza al relato (tal vez por que siento muy bien que digamos xD) en fin vale por compartirlo me gusto de todos modos, gracias xD

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  2. Maria Luisa Bombal mató a su amado y nunca fue juzgada, fue una mujer muy intensa. Esta ucronía muestra que hubiera pasado si ella caería presa por la policia. Además posee fragmentos de "La amortajada", su obra más destacada. Para mi es un lujo este relato. Es muy intenso y psicológico.

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  3. esa alusión al árbol es inquietante... causa un desasosiego realmente vívido.

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  4. Excelente, y que mejor fecha para publicarlo que a días del estreno de la película.
    Las ucronías las pueden vivir no solo los países, sino que también los individuos

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